Elogio de la mirada de Carmen Dalmau, publicado por Ediciones Clavoardiendo hace un repaso de argumentarios posibles para desbancar la idea de una Fotografía separada del resto de Artes Visuales.
Dalmau hace un repaso a las influencias atribuidas a la Fotografía en la cultura visual compartida, como el encuadre o la representación realista, y las destruye una a una relacionando la historia de la mirada con la pintura, desde donde todos estos elementos ya convivían. Incluso manifiesta la incapacidad de las Vanguardias de modificar nuestra visión del mundo.
Me queda la duda si acaso esto ya lo vieron en Japón en los años 70 desde el movimiento Provoke, con su grano, barrido, desenfoque, como elementos técnicos exclusivos de la Fotografía. Pero, aunque Dalmau no les menciona directamente, si desmonta uno a uno estos elementos:
El grano de la película, evidentemente porque en todo caso sería el pixelado en la actualidad. Y su influencia en la sociedad viene dada más por los programas P2P para compartir películas y las redes sociales que por la Fotografía.
El barrido porque ya en las cuevas de Chauvet, o incluso en las hilanderas de Velázquez hay representación del movimiento.
Y el desenfoque porque el uso de lentes ya se conocía en pintura desde el S.XII.
En cualquier caso, además de ajustar cuentas con Gombrich y Szarkovski, uno por machista y otro por inventarse anclas para la Fotografía donde no las hay, Carmen Dalmau nos trae un argumentario pormenorizado lleno de citas y fuentes para convencernos de que abracemos la tradición pictórica y visual y no insistamos en sostener muros de contención artificiales para proteger a la Fotografía como disciplina independiente.
El libro se puede conseguir aquí.
Olmo González 